martes, 17 de febrero de 2009

“VIVIR EN UNA CIUDAD SIN BARRERAS”


*** Las personas No Videntes corren un enorme riesgo de vida a consecuencia del mal estado de las calles, la falta de andenes peatonales y el crecimiento de los grandes carteles publicitarios en el país, principalmente en la capital.

Las personas No Videntes necesitan de parte de la sociedad nicaragüense y de las autoridades competentes, la puesta en marcha de una serie de “acciones urgentes” para evitar que continúen exponiendo diariamente su vida y sigan siendo discriminadas por la sociedad.

Miembros del Centro de Formación Educativo Cultural para Personas Ciegas (CFEC), han alzado sus voces para denunciar el maltrato y discriminación que han tenido de parte del sector transporte público y de otras instituciones en nuestro país al ponerles barreras a la hora de solicitar cualquier servicio.


A pesar que Nicaragua suscribió la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, el 08 de junio de 1991 en el vigésimo noveno período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos celebrada en la ciudad de Guatemala, el país aún no avanza en la adopción de medidas de carácter educativo, laboral, legislativo o de cualquier otra índole que elimine la discriminación hacia estas personas, según los miembros del CFEC.


Las personas No Videntes aspiran a vivir en una ciudad sin barreras, donde las personas tomen un estado de conciencia y que colaboren para que cada ciudad de nuestro país sea un lugar realmente accesible a todos.

El siglo XXI supone que las mayorías de ciudades en el mundo se encuentren recorriendo el camino hacia la integración social y productiva de las personas con capacidades restringidas.

Sin embargo, en nuestro país, principalmente la capital, Managua, no existe una calidad de acceso para que las personas discapacitadas se desplacen sin obstáculos. “Aspiramos alcanzar una real integración física, funcional y social”, reafirma Salvatierra.

La Ley 202 (Prevención, rehabilitación y equiparación de oportunidades para las personas con discapacidad), establece que las instituciones del Estado y las empresas privadas están en la obligación de abrir puestos de trabajo para los discapacitados, en una proporción de 2 discapacitados por cada 100 trabajadores.

En nuestro país aún existen barreras sociales y físicas. Las empresas cada vez más discriminan a las personas No Videntes a la hora de solicitar un empleo y las ciudades están creciendo de una manera desordenada y con una serie de obstáculos para el desplazamiento de este grupo de personas.

Las barreras sociales se establecen cuando la sociedad valora negativamente a la persona con capacidad restringida y las barreras físicas son de carácter material como la falta de acceso a edificios públicos o privados, así como el transporte público inadecuado.

“Queremos tener un transporte público que se adapte a nuestras necesidades para que podamos transitar libremente por nuestro país sin obstáculos, por lo menos en nuestra ciudad”, comenta Salvatierra.
Para el No Vidente José de Jesús Martínez, otro factor que se vuelve aún más grave para ellos, es la falta de sensibilización por parte de la población. “Creemos que la falta de comprensión de parte de los conductores de vehículos particulares y del sector público obstaculizan nuestro desempeño en este país”, advierte.
Otro llamado que hacen las personas No Videntes a la sociedad nicaragüense, es para que respeten el uso de los bastones blancos, instrumentos necesarios para el desempeño de sus actividades cotidianas.

Impulsar la integración de este grupo de persona en la sociedad y mejorar su vida, es una forma de contribuir a la inserción de los No Videntes a la sociedad y la manera más sencilla de hacerlo es “sintiendo la discapacidad en primera persona”.

Se estima que en la actualidad existen más de 180 millones de personas con algún tipo de discapacidad visual en el mundo. Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en caso de no desarrollar acciones "urgentes", el número de ciegos e impedidos visuales a nivel mundial llegará a los 360 millones en el año 2020, debido al crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población.


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